Perfil:
Datos Generales:
Datos de Interés: En el pueblo de Mamorana se hallaron los restos de la Villa Memorana. Primera mansio transmontana de la que nos habla el Anónimo de Rávenna. Se trata de un yacimiento difícil de definir a día de hoy, dado que tenemos que basarnos en las excavaciones llevadas a cabo por Aragoneses en 1951. Dado que el yacimiento está perdido hoy en día a excepción del mosaico que se conserva en el Museo Arqueológico Provincial. Villa Memorana se situaba en la finca de “El Fabón” en la Ería de Vidriales (Vega del Ciego, Lena), en una zona cercana a la antigua carretera Oviedo-León por donde presumiblemente pasaría el camino romano. En 1921 unos trabajos agrícolas sacaron a la luz algunos restos constructivos entre los que se incluía un importante mosaico. Pero no sería hasta 1951 cuando comenzarían las excavaciones del terreno por orden de la Comisión Provincial de Antigüedades que dieron como resultado la aparición de los restos de una edificación a media ladera. Es difícil dar hacer un análisis espacial a partir de este plano, pero podemos decir que se trata de un espacio articulado a partir de un pasillo, paralelo al discurrir del valle y rematado por un ábside en uno de sus lados, que va dando acceso a cuatro habitaciones de planta regular que se abren a su izquierda. La sala más cercana al ábside es la que presentaba el suelo de mosaico de 6,40 x 6,65 metros, correspondiéndose probable-mente con el triclinium. No podemos decir nada acerca de las funciones del resto de las estancias, que se encontraban pavimentadas con un opus signinum realizado con cantos rodados y fragmentos cerámicos consolidados con una argamasa de cal y arena de río. Los muros de la edificación no sobrepasan el medio metro de anchura, lo que hace suponer que debió tratarse de una fábrica de una sola planta. La cubrición parece haber sido una armadura de madera que soportaba el tejado de tegulae e imbrices, dada la aparición de vigas carbonizadas junto con restos de estos materiales de cubrición en algunas de las salas. Los materiales que arrojó la excavación de Aragoneses permiten aproximar una cronología para la villa. Las cerámicas romanas halladas nos muestran un amplio abanico cronológico (sigillata aretina, sudgálica, hispánica, estampadas grises tardías, imitaciones de sigillatas claras y distintas variantes de cerámica común). Las más antiguas nos proponen unas cronologías bastante antiguas para el inicio de ocupación de la villa, con fechas anteriores al año 30 a. C. las aretinas. Como fecha de abandono, las cerámicas tardías nos están hablando de fechas posteriores al s. V. Estudiando más en profundidad los restos musivarios encontramos un interesante mosaico que se apoya sobre un lecho formado por las siguientes capas: un firme de hormigón de ladrillo y piedras de río; una capa de cal con polvo de ladrillo y una capa de cal sobre la que se asientan teselas de 8 mm. de lado y de colores comprendidos entre los blancos, negros y morados de piedras del país, los amarillos, salmones, y rojos de mármol y el color ladrillo de cerámica.
No muy lejos de Mamorana, se encuentra una zona conocida como la Fervencia. Aunque totalmente olvidado para casi todo el mundo, fue descubierto durante el siglo XX un horno Romano, que posiblemente abastecía de cerámica la Villa Romana en un principio, y se piensa que siguió usándose con posterioridad por los lugareños.
En el siguiente enlace se pueden conocer más datos sobre el legado romano de Mamorana y el horno de la Fervencia
Esta Ermita es testigo, el lunes siguiente a Pascua, de la celebración de la Fiesta de La Flor. Cientos de romeros asisten a la procesión de la Virgen acompañada al son de gaita y tambor. Posteriormente, en una gira campestre se degustan platos de la gastronomía popular como el "bollu preñáu", "empaná", "sidra".